martes, 23 de septiembre de 2014

LA GUERRA DE TROYA Y AQUILES "EL HEROE"







Aquiles era hijo de Peleo y de la nereida Tetis. Cuando nació, su madre quiso hacerle inmortal, por lo que le sumergió en las aguas de la laguna Estigia. Para hacerlo le agarró de los talones, que fue la única parte que no sumergió bajo el agua y, por tanto, quedaban exentos de la invulnerabilidad que tendría el resto del cuerpo.

 
AQUILES
 

Aprendió las artes de la guerra y la caza del centauro Quirón en el monte Pelión. También le enseñó artes como la música o las propiedades curativas de las plantas. Cuando era un niño, Calcas, un adivino, afirmó que en la futura guerra de Troya los griegos sólo podrían vencer si Aquiles participaba en ella, pero que fallecería durante la contienda. Su madre decidió esconderle entre las hijas del rey Licomedes, pero llegada la hora los griegos mandaron a Ulises a buscarle.

Cuando Ulises llegó a la corte, el rey negó que se encontrara allí. Así que llevó regalos a sus hijas. Les ofreció joyas y adornos, pero también llevó un escudo y una lanza mientras sonaba un clarín. Aquiles no pudo contenerse y se abalanzó sobre las armas. Una vez descubierto, decidió acudir a la guerra del lado de los griegos.

Durante la contienda, Aquiles se situó siempre en la vanguardia de las tropas griegas. Logró destruir gran cantidad de ciudades. Cuando estaban saqueando Lirnesa, obtuvo como botín a una joven llamada Briseida. Al mismo tiempo, le fue concedida a Agamenón, jefe de las tropas griegas, una joven sacerdotisa de Apolo llamada Criseida. Apolo enfureció ante este hecho y mandó una nube de flechas que terminó con la vida de gran parte de los soldados.

Para calmar las cosas, Aquiles propuso devolver la sacerdotisa al templo. A Agamenón no le gustaba esa idea, pero accedió a cambio de que Aquiles le diese a su esclava. Éste no tuvo más remedio que aceptar, pero se negó a seguir combatiendo hasta que no se restableciese su honor. Gracias a la ausencia de Aquiles el ejército troyano logró grandes victorias. Los griegos rogaron a Aquiles para que volviese a combatir, incluso el rey le devolvió a Briseida, pero él se negó.

Sin embargo, algo hizo que cambiase de opinión. Durante una de las batallas, el troyano Héctor dio muerte a Patroclo, amigo de Aquiles que portaba la armadura de éste. Aquiles decidió vengar su muerte volviendo al campo de batalla. Se enfrentó personalmente a Héctor hasta que le dio muerte abatiéndolo con una lanza. Lo siguiente que hizo fue atar su cuerpo a su carro y lo arrastró frente a las murallas de Troya durante varios días, negándose a devolver el cuerpo a su familia. Ante tal afrenta, los dioses decidieron intervenir y convencerle de que le devolviese el cuerpo a su familia para que pudieran darle sepultura a cambio de un cuantioso rescate.

Poco tiempo después, se produjo una gran lucha en los alrededores de la ciudad. Aquiles se enfrentó a Paris. Éste seguía bajo la protección de la diosa Afrodita, por lo que supo exactamente los pasos que debía dar para acabar con Aquiles. Conociendo el punto vulnerable del héroe, el talón, le disparó una flecha. Apolo, quien tenía envidia de la admiración que despertaba Aquiles, dirigió la flecha directamente hacia su talón. La herida que le provocó acabó rápidamente con su vida.
 





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